No es fácil establecer cuándo empezaron las mujeres a pintar: también el caso de una monja miniaturista es una pura hipótesis. La llegada de Miguel Ángel borró por completo a las mujeres y lo mismo hicieron sus discípulos directos o indirectos. Fue a mediados del siglo XVI cuando algo cambió: ciertos padres empezaron a mimar a sus pequeñas, que, astutas, no tardaron en sacar provecho de ello.
 
		                 
		             
                                                            
                                             
                        
            
                        
         
                        
            
                        
         
                        
            
                        
         
                        
            
                        
         
                        
            
                        
        